Bauby iría a escribir un libro llamado La escafandra y la mariposa, escribiendo y editando en su mente, y dictando a través de su ojo. Su asistente recitaba el alfabeto (las letras en orden de más uso en francés) y el parpadeaba cuando llegaba a la letra que él buscaba. Y así formaba palabras, y oraciones, y párrafos, y capítulos....
Algunas notas acerca de la película...
Julian Schnabel, un pintor muy interesante y un cineasta aún más, filmó el biopic el año pasado. Aquí lo interesante es el camino, más que el destino. Sabemos que el hombre no se va a curar. Aunque eso no le quita el suspenso ni le resta drama a la conclusión.
Me gustó mucho el personaje de Bauby, me pareció en ciertos aspectos l'essence même de l'homme français, o lo que es lo mismo the quintessential frenchman. Salvajemente mujeriego pero a ratos muy tierno, no es un santo pues, aunque sea un inválido. Esa palabra no es políticamente correcta pero me vale madre como ya sabemos.
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Pero bueno, el chiste no era juzgar si captó a los franceses o no, que de paso admito que no se nada del alma francesa. Al iniciar la película, que la cámara/ojo comienza a parpadear, pensé, no puedo ver esto no voy a aguantar dos horas atrapada. Inemdiatamente me identifica con Bauby la cámara. No dura toda la movie esa cámara personal, que fue algo muy bien hecho tanto técnicamente como dramáticamente.
Me gustó mucho la escena donde rasura a su padre, me dieron ganas de llorar.
Mathieu Almaric, que salía como el hijo en Munich, se mantiene tan tieso que me impacta. Es mucho trabajo estar totalmente inmovil cuando uno no lo es.
Volviendo a que Bauby es un hombre y no un santo, se va de 'dirty weekend' a Lourdes pero la novia le sale sorprendemente devota, y me acordé de todos esos momentos donde las mujeres nos portamos como unas locas y los hombres en nuestras vidas ponen jeta pero la neta no entienden porqué estamos haciendo eso, y no saben reaccionar.
El hecho de que Bauby siga queriendo ver a su amante, a pesar de que ella no va, y su esposa SI está ahí, se me hizo un detalle super honesto, salvaje en su franqueza. Como diciendo, esto es lo que hay.
La edición tuvo que ser una chinga, aparte de la fotografía y la actuación, editar todo de manera que concuerden los parpadeos con las reacciones y el sonido, neta se llevan las palmas. La música es muy buena por cierto.
Los elementos fantasiosos, la esposa de Napoleón, el bailarínde ballet. Schnabel tiene algo que decir, por eso a veces pienso que el que quiere hacer cine no debería estudiar cine sino vivir en el mundo y adquirir experiencias. Acumular una paleta en vez de memorizar todas las movies de Brian de Palma y Martin Scorsese, y regurgitarlo como niños obedientes.
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